Mitsubishi se solidariza con sus empleados, dealers y la comunidad

Aún desde antes de los huracanes Irma y María, Mitsubishi Motor Sales of Caribbean (MMSC) ha estado muy activa en programas comunitarios. Esa asistencia ha aumentado luego de los ciclones con ayuda activa y aportaciones de la automotriz a entidades como La Cruz Roja, el Hogar de Niños Forjadores de Esperanza e incluso, a  los empleados locales de la automotriz. Foto suministrada

 

“La gente de Puerto Rico está trabajando muy fuerte para recuperarse y Mitsubishi está ayudando. Es nuestra responsabilidad”. Con esas palabras, el presidente y CEO de Mitsubishi Motor Sales of Caribbean (MMSC), Shintaro Hirano, resumió los esfuerzos de ayuda que la automotriz ha brindado en Puerto Rico luego de la devastación del huracán María.

Establecida en Toa Baja durante la mayor parte de los 35 años que lleva en Puerto Rico, Mitsubishi se ha visto muy activa en programas de ayuda comunitaria en ese municipio. Luego del huracán, su presencia se ha acrecentado. Ejemplo de ello es que han ayudado en la reconstrucción de dormitorios y otras instalaciones del Hogar de Niños Forjadores de Esperanza al que han estado auspiciando por los pasados tres años. También han brindado ayuda en una de las comunidades más devastadas de todo Puerto Rico, el barrio Ingenio, donde adoptaron a varias familias.

Shintaro Hirano (izquierda),  presidente y CEO de Mitsubishi Motor Sales of Caribbean (MMSC) y Madelene Nieves, vicepresidenta corporativa (derecha) acomspañan a una oficial del Hogar de Niños Forjadores de Esperanza luego del huracán María.

 

Incluso, desde MMC, la sede mundial de la automotriz en Tokio, Japón llegó un donativo de $50,000 directo al capítulo puertorriqueño de la Cruz Roja. Esto, además de unos $25,000 que MMSC repartió localmente entre distintas entidades. En total, la automotriz aportó $75,000 en la recuperación inicial de Puerto Rico.

Igualmente, los empleados de Mitsubishi Motors North America, ubicada en Cypress, California, enviaron donaciones para ayudar a sus compañeros puertorriqueños.

Los planes de ayuda de Mitsubishi comenzaron incluso antes del huracán e iniciaron por su propia casa. Sabiendo que no habría señales telefónicas inmediatamente después del ciclón, la compañía organizó un plan de comunicación entre los empleados. “Queríamos saber lo antes posible que estuvieran bien y qué necesidades tendrían”, expresó Madelene Nieves, vicepresidenta corporativa de MMSC. Como resultado, la automotriz obtuvo constancia del 100% de su equipo de trabajo en muy corto tiempo. “Ya para el lunes después de María sabíamos de todos los empleados”, contó por su parte Johann Thorgeirsson, gerente senior de vehículos y piezas.

A partir de ese momento la compañía inició una serie de esfuerzos para ayudar a sus propios empleados. Entre los primeros estuvo gestionarles un lugar donde pudieran conseguir gasolina. También se contrató una compañía de “catering” durante tres semanas para que los empleados almorzaran en el trabajo y además, se llevaran comida a sus hogares.

Una de las iniciativas resultó ser muy poco común, pero a la vez, muy original: una lavandería en las mismas instalaciones de la automotriz. Para ello, la empresa consiguió lavadoras y secadoras y se les asignaron turnos a todos los empleados. Dado que aún queda una gran porción del país sin electricidad, el programa continúa en pie.

“El huracán nos hizo dar un giro de vender autos a ayudar a la comunidad y a nuestros empleados”, expresó Nieves.

Pero aún dándole prioridad al enfoque comunitario y al bienestar de su personal, Mitsubishi cuidó de su red de concesionarios y de sus ventas. “Inmediatamente después del huracán, llamamos a nuestros dealers, verificamos sus necesidades y los ayudamos a recomenzar. Los hemos ayudado a cubrir sus nuevos costos de operación. Se levantaron rápido y aprecio mucho lo fuerte que han trabajado”, contó Hirano.

Como resultado, las ventas de la marca se repusieron tan rápido que irónicamente, octubre, que fue el primer mes de ventas inmediatamente después de los huracanes, terminó siendo mejor que varios de los meses normales. Hirano explicó que los resultados fueron impulsados por las ofertas especiales y programas de ayuda a dueños de Mitsubishi y a la fuerte acogida del Mirage G4 que tras un año en el mercado continúa teniendo ventas muy sólidas. También acreditó al resto de la línea Mitsubishi por tan buenos resultados. “Tenemos los productos correctos en los segmentos correctos”, añadió.

El lineup de Mitsubishi se fortalecerá aún más a finales de febrero con la llegada de su nuevo modelo Eclipse Cross. Es una prometedora crossover de corte deportivo cuyo debut mundial fue en octubre en el Tokyo Motor Show. La Eclipse Cross se unirá a la selección de guaguas de la marca y será el modelo intermedio. Es decir, será posicionada sobre la compacta Outlander Sport y justo debajo de la Outlander, que tiene tres filas de asientos.

La Eclipse Cross es el próximo modelo que Mitsubishi estará estrenando en Puerto Rico. Foto: Andrés O’Neill, Jr.

“Ya han pasado más de dos meses desde el huracán. Las cosas han mejorado, pero todavía falta. Puerto Rico mejorará y será más fuerte”, concluyó Hirano.

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