Así está el Porsche 356 de Fajardo

Por cerca de 20 años, este triste Porsche 356 ha estado bajo el intenso sol del pueblo costero de Fajardo, en la punta este de Puerto Rico. Dos décadas de calor, lluvia, humedad y salitre, han hecho estragos con su carrocería e interiores. En septiembre de 2017, el huracán María aportó en desmerecerlo aún más rompiéndole el cristal delantero y añadiéndole más abolladuras. Aquí lo vemos con dos integrantes de su árbol genealógico que afortunadamente han sido mejor cuidados. Todas las fotos: Andrés O’Neill, Jr.

Un valioso Porsche 356 de 1953 lleva dos décadas bajo un intenso sol costero y mucho salitre. Esta fotogalería muestra cómo luce ahora.

Hace más de 15 años visité a unas amistades a su apartamento de playa en Fajardo y mientras íbamos por el estacionamiento vi algo que literalmente detuvo mi caminar. Era un deteriorado Porsche 356 que se notaba que llevaba mucho tiempo allí inmóvil. Les pregunté a mis amigos sobre el auto y me dijeron que efectivamente, llevaba años estacionado allí.

Aunque siempre he retenido mi relación con esa familia, nunca regresé a su apartamento de playa, por lo que nunca volví a ver el pobre 356. Me enteré nuevamente de su existencia hace alrededor de tres años cuando alguien que lo había visto durante esos días me habló de él. Me alivió saber que el auto aún existía aunque obviamente,  en peor estado. Así que me propuse ir a fotografiarlo… pero nunca lo hice.

De la nada, se fueron dos o tres años y nunca fui. Lo que finalmente me impulsó a arrancar hacia Fajardo fue una breve conversación que tuve el pasado mes de febrero. Estaba en la Feria de Autos Antiguos en el estadio Hiram Bithorn, en San Juan admirando unos bellísimos Porsche 356 en condiciones óptimas cuando de momento apareció el dueño de uno de ellos y nos pusimos a hablar. Durante la conversación le pregunté si sabía sobre “el 356 de Fajardo”. Efectivamente, conocía muy bien el auto y con mucha tristeza me contó que fue duramente maltratado por el huracán María. Me mostró unas fotos recientes que alguien le había enviado y lo que vi fue un pobre trasto con las puertas abiertas, sin el cristal delantero, más moho y muchas abolladuras nuevas.

Lo vi en tan mal estado que pensé que alguien (la administración del edificio, algún vecino, las autoridades municipales… o hasta el mismo dueño) pudiera cometer la locura de enviar al eternamente infeliz 356 a una cita final con la aplanadora.

Así que llamé a mi amigo del apartamento de playa y me dio el número de sus padres, que luego de retirados ahora viven en el apartamento. Para mi alivio, su papá me dijo que el Porsche aún estaba allí. No se lo habían llevado, pero que ahora estaba peor aún. Así que al próximo día de hablar con él por fin hice el viaje hasta Fajardo que tanto había postergado… y esto fue lo que encontré:

Con esas fotos les di algo así como una vista de 360 grados del pobre 356. En las próximas se los muestro más de cerca y en detalle:

Así están los interiores. Esa soguita la pusieron ahí para mantener las puertas cerradas. Los vientos y la presión atmosférica del huracán María “explotaron” las puertas hacia afuera y ya no cierran. El huracán también rompió el cristal delantero.
En algunas partes la oxidación es fuerte y bastante profunda.
Es una verdadera lástima ver los interiores tan deteriorados. ¡Lo bellas que se habrán visto esas alfombras rojas cuando el auto estaba en buenas condiciones!
El patrón de las luces indica que este 356 es un modelo de 1953. Fue el único año en el que el foco pequeño queda centralizado debajo del farol principal. No obstante, en la parte trasera hallé una discrepancia…
…y es que esta placa indica la presencia de un motor 1600. Para 1953, los motores disponibles eran de 1.3 o 1.5 litros. El 1600 llegaría en 1955.
El patrón de las luces traseras es el propio de los modelos de 1953 al 1957, pero por los focos delanteros ya sabemos que es un 356 de 1953.
Aquí está el motor (o lo que queda de él).
Sorpresivamente, partes del cromo de las manijas interiores aún conservan su brillo.
El brazo de uno de los limpiaparabrisas fue partido, posiblemente por los vientos del huracán María.
Detalle cercano del panel de instrumentos.
El espacio de carga detrás de los asientos.
Contrario al que ya les mostré, este brazo de limpiaparabrisas está más o menos intacto.
En algún momento dado el dueño perteneció al Porsche Club of America.
La solitaria parrilla del característico motor trasero. A partir de 1962 fue una parrilla doble.
La única transmisión disponible para esos años era manual de cuatro velocidades.

Al ver todas estas fotos, seguramente se habrán preguntado que quién habrá permitido que semejante joya automovilística de tanto valor haya llegado a esas condiciones. Tal vez piensen que como ocurre muchas veces, el dueño murió y el carro haya quedado en ese limbo en el que muchos otros autos en la misma situación se quedan atrapados por décadas. Ese no es el caso de este 356. En el complejo de viviendas me contaron que el auto le pertenece a una familia norteamericana que tiene un apartamento de playa allí. Viajan a Puerto Rico una o varias veces al año, pero que hay años en los que no vienen a la Isla.

Me contaron que el 356 llegó allí en buenas condiciones pero que nunca se le dio uso. Uno de los vecinos que entrevisté me dijo que en una sola ocasión vio al dueño manejarlo brevemente dentro del lote de estacionamiento y que más nunca lo usó. El auto se quedó estacionado en el mismo exacto lugar por décadas… hasta que llegó el huracán María.

Algo que noté de inmediato tan pronto llegué al lugar fue la intensidad de los vientos. Grabar un vídeo se me hizo imposible porque el ruido del viento captado por el micrófono de la cámara hubiera impedido un audio aceptable. Y eso, era un día normal con muy buen clima. Recuerdo pensar la pesadilla que debió ser estar allí durante el huracán.. y así fue. Esa es la costa por la cual entran los huracanes y además, el lugar en el que ubica el complejo es sobre una colina frente al mar. Es un punto alto. Allí los vientos soplaron con tanta fuerza, que decenas de automóviles se volcaron y siguieron rodando por todo el estacionamiento chocando unos con otros.

Dos de los muchos vehículos del lugar que fueron volcados por los vientos del huracán María. Otros quedaron peores que estos ya que luego de volcarse, los vientos continuaron rodándolos por todo el lote.
Como estos, hubo muchos otros autos que quedaron destruidos luego de que el huracán María los hiciera rodar por todo el estacionamiento.
Después del huracán, una grúa posicionó los autos que fueron movidos por los vientos y los ubicó dentro de las líneas normales del estacionamiento. Al 356 lo acomodó junto a esta Caravan.

Así se ven desde un piso alto. Esos espacios en forma de diamante contenían árboles. El huracán los arrancó.

El protagonista de nuestra historia tuvo la inmensa suerte de que no rodó. Tal vez por lo bajita que es su carrocería y por lo cercano que queda del piso, el viento no tuvo por dónde “agarrarlo” y volcarlo como hizo con los demás vehículos, mayormente camionetas SUV. En vez, lo que hizo fue empujarlo por el estacionamiento hasta dejarlo bastante apartado de donde estuvo estacionado por décadas. De haber rodado, hubiera quedado tan destruido como algunos de los autos que aún estaban allí; una definitiva pérdida total. Pero no, el famoso 356 de Fajardo sobrevivió. Está más frágil, sigue debilitándose… pero sigue en pie. Es más, lo veo lo suficientemente sólido como para determinar que aún tiene salvación. Algo lo ha protegido durante todos esos años y ahora, más o menos lo protegió durante el huracán. Tal vez fue el ángel de alguien que eventualmente se convierta en su próximo dueño.

Si quieren ver más fotos de autos muy interesantes en total estado de abandono, los invito a visitar mi galería en Instagram titulada Junkyard Treasures. Hay casi 800 fotos que he tomado en distintas partes del mundo.

También lo invito a visitar y suscribirse a mi canal de YouTube en el que ya tengo cerca de 80 vídeos, algunos sobre autos abandonados.

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